Tez morena… cubierta de
polvo,
ennegrecida por la mugre que
recoge día a día,
llena de sudores y de fatiga…
Tu piel está marcada,
arrugada, envejecida…
Cada surco de tu cara, parece
contar una historia…
Una historia larga y triste,
que nadie puede saber.
Me envuelve tu manto… respiro
de tu aire,
pero no dejo que me envuelva
tu mugre…
Me hace sentirme triste…
Yo me rebelo contra esa
tristeza...
Miro tus paredes
semidesnudas…
Pintadas con colores pálidos,
añejos…
Todo carcomido por el tiempo…
También por tu casa pasan los
años,
dejando huellas inscritas, igual
que en tu rostro…
Me acerco a mi ventana… Inspiro
profundamente,
para saciarme de aire, más
puro… más limpio…
Se atenúa el palpitar de mi
corazón…
Cada poro de mi piel, pide
más vida… más vida…
Todo el mundo atareado…
Nada parece importarles… Están
acostumbrados…
Sin embargo, yo me siento
confusa, perdida…
fuera de lugar, sin poder
admitir, que esta es mi vida…
Mañana, casi estaré
acostumbrada…
Al día siguiente, me sentiré
como pez en el agua…
pero ahora… me siento tan
desolada…
y a la vez… tan avergonzada…
por sentirme tan extraña en
este lugar…
donde cada hormiga, cultiva
con gran afán…
y sin más orgullo, que llenar
su pequeño, pero gran agujero...
Autora: Julia Francisco
15/08/77