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miércoles, 1 de mayo de 2019

PÉRDIDA DE INOCENCIA (a mi alma gemela)


En la noche portadora de fantasía,
yacía en mis brazos, el cuerpecillo inocente,
de un niño, dulcemente dormido.
Mientras acariciaba sus rizos dorados,
me invadía, una felicidad maravillosa.
¡Qué ternura más sutil envolvía sueño!
Porque después de aquella noche,
no quisiera recibir el día,
pues mi alma, se reconfortaba,
por portar en mí regazo,
la inocencia, de tan hermosa criatura…

Con el amanecer, llegó mi despertar.
Con el despertar, el final de mi sueño feliz.
Salté de la cama indecisa…
Todavía quedaba sabor a fresa,
Y en mi mente permanecía, una leve imagen, diminuta…
Difuminada, por la claridad del día.

Anhelante… me pasaba largas horas, tediosas,
en espera de la noche quieta, y la oscuridad profunda.

Al fin… apagué la luz, y llegó mi añorado deseo…
Profundamente dormida…
Conecté de nuevo con mi sueño…

De pronto…
Vi como todo había cambiado…
Llegaba a mí, la visión, de la otra cara del niño.
Que ya sin ser niño era hombre,
y como hombre habló conmigo.
¡No temas! Me dijo:
Mi dulzura, está escondida en mí.
La ternura, la perdí con el último llanto.
Pero soy aquel niño, que ayer meciste en tus brazos.
Pasaron tantos años, que mi inocencia,
se fue borrando poco a poco, con el tiempo…
Al igual que tu sueño,
se fue difuminando durante el día.
Y no porque yo quisiera…
Es porque de la noche al día…
¡Hay tanta diferencia!

¡Te quise como niño!
Con tu dulce inocencia…
¡Eras tan ingenuo!
Tan transparente para mi…
Pero ahora…
me cuesta admitirte malicioso,
endurecido por el tiempo,
altivo y presuntuoso.

Las experiencias te han cambiado…
Te has vuelto desconfiado, arisco y perverso.
Llenas mi vida de recelo.
Colmas mi sueño de rechazo.
Por eso prefiero al niño, Inocente como la seda…
Sin mancha… ni marca del sendero de la vida.

Dime al menos…
Que lo que aprendiste te sirvió de algo…
O tal vez… No aprendiste nada.
Sea como fuere, deja al menos,
que tu niño interior salga,
y diviértete con él…

Agradecí la hora,
en que la luz del amanecer,
penetró por los cristales de mi cuarto,
regando mis ojos,
devolviéndome al nuevo al día…


Autora: Julia Francisco
Barcelona, 22 de agosto de 1978


EL CONFÍN (a mi alma gemela)


Estaba en el confín negro,
rodeada de sombras y de silencio…

De pronto se me vino encima un cielo,
todo entero, de color ambarino y fuego.
Su manto de amor, me cubrió de ternura…

Una leve brisa ondeaba mis cabellos.
Añoraba tus caricias, añoraba tus besos.
Un oleaje de tristeza se clavó en mi pecho…

Sentí que mi alma se escapaba,
navegaba por el cielo infinito…
… sobrepasaba el término,
en un más allá del límite,
para encontrarme contigo amor,
y poder contemplar tu rostro dorado...

El viento y la espuma luchando,
en coléricas oleadas de besos…
mil besos por las rocas…
… besos esparcidos,
sobre un jardín de terciopelo…

Mi imaginación, dibujaba nuestros cuerpos…
mirando... mirando a las estrellas, se estrelló,
se estrelló allí de pronto mi pensamiento.
Te siento en mi corazón y te veo a lo lejos.
Eres un lucero, un ángel que me cuida,
eres el Carro de siete estrellas.

Mil bocetos...
Bocetos de un pensamiento loco;
Porque mi alma, aún después del lindero,
tiene vida y tienen fuerza los pensamientos…

Autora: Julia Francisco
Barcelona 25 de agosto de 1978

lunes, 19 de noviembre de 2018

OSCURIDAD

La luz que encendiste para mí,
el viento la ha apagado.
Ese brillo que me diste,
se volvió gris, opaco…

Quisiera tener un resplandor de esperanza.

Quisiera encontrar, yo sola,
 el camino hacia mi verdad.
Quisiera descubrir lo que hay
en mi interior.
Llegar a mi esencia de luz.

Quisiera tener un resplandor de esperanza.

Quisiera vivir de lo que yo sueño.
Soñar…no despertar jamás…
Me asusto como una niña…
A veces no quiero vivir más…


Autora: Julia Francisco
14 de noviembre de 1975





miércoles, 26 de septiembre de 2018

TRISTE REALIDAD

Cuántas veces paseaba mi espíritu,
bajo el candor de las estrellas,
por caminos dorados,
bailando al son de una espiga.

Cuántas veces me transporté,
en mis barcos de cristal,
por un mar de sombras,
llenándolo todo, como una ilusa.

Cuántas veces remonté los cielos,
para llegar a otros mundos,
encendiendo la llama de lo irreal,
llenando todos mis huecos,
de mi soledad interna.

Cuántas veces detuve el tiempo,
en los horizontes de mi dicha,
para acechar a los sueños,
tras mi pórtico de fantasía.

Y andaban los días
acompañándose,
y me miraban las horas
con desafío.

¡Maldito tiempo!
Que arribas a mi puerto
descalzo y frío.

Tú, con tus engaños lisonjeros,
te disfrazas de saber,
para derribar quimeras,
cuando yo los llamo sueños.

Años y años persiguiéndose,
para enseñarme la verdad,
cruda y punzante,
como un témpano de hielo.

Ahora,
¿Qué te queda por enseñarme?
Con tu pútrida realidad,
destrozaste mi ensueño,
y clavas día a día,
estiletes en mi alma herida,
cubriéndolo todo de indiferencia.

Llenas cada momento,
de circunstancias sucias,
rostros desengañados,
saturados de desconfianza.

así eres tú...
impersonal como todas las cosas...


Autora: Julia Francisco.
29 de Marzo de 1975


jueves, 10 de mayo de 2018

VIEJA Y OXIDADA

Me estoy volviendo,
como una máquina,
vieja y oxidada.

Una y mil veces,
abrí mis puertas,
a la esperanza,
adornando la entrada,
con jazmines y rosas blancas,
para que tú pasaras.

¿Cuántas veces me mordiste?
¡Oh callada, traicionera,
víbora de afilada espada!
Después me diste la espalda.

Cubierta de sombras,
vas rondando todas las casas…     
Y… a la aurora,
amanecen las puertas cerradas.

Me siento como una máquina callada.
Vieja y oxidada.
Y es que no me dejan,
no quieren que diga nada.

Estúpida máquina...
Ahora yaces desvencijada...


Autora: Julia Francisco.
Ourense, 25 de agosto de 1974




lunes, 19 de febrero de 2018

CON MIRADA CÁLIDA (a mi alma gemela)

Con mirada cálida,
suplicabas un grito de esperanza,
anegado en tu soledad interna.

Un brillo helado traspasó tu rostro,
convirtiendo tus facciones,
en cera estatuaria,
y algo en mí,
se desgarró por dentro.

Quise llorar...
Ni una lágrima,
resbaló por mi rostro.

Quise quedarme...
Mi orgullo desvaneció el intento.

Todo lo que recuerdo...
Tus inmensos ojos incrédulos,
y tu boca saturada,
de amargos sueños.

Pude decirte...
Que te quiero...
Pero tan sólo, extendí mi mano,
para lanzar al viento un quejido,
que quemaba en mi pecho.

Tú rozaste mi adiós por dentro.
Sin embargo...
Tus ojos fijos, miraban como ausentes,
y tu cuerpo, recibió ese aire indolente.

No podré olvidar,
la última imagen que me dejaste,
cuando yo partía,
sin saber, si volvería a verte...

Autora: Julia Francisco.

Barcelona, 10 de Julio de 1981

lunes, 8 de enero de 2018

SOLA Y PERDIDA EN EL ESPACIO (a mi alma gemela)

Mi cabeza estalla…
Asciende humo al cielo…
El aire se condensa, se espesa…

A mi derecha,
mi mejor autor me acompaña, P. Neruda.
Un leve sonido de campanillas…
Mis labios torturan un lápiz sin desmayo.

¿Es justo o injusto?
Es tan sólo un beso perdido en el espacio…
Y los ojos tristes de un mirar de gato.
Y es que… Ayer te vi sereno…
Hoy vi el viento, que pasaba, me agarraba,
con mano ensangrentada.

Yo vengo de otros ríos, de otros mares…
Yo vengo de otras manos, de otros cantos…
Y ahora estoy aquí, sola y perdida en el espacio,
sin embargo,
llevo conmigo el murmullo de las algas,
el sentir de las amapolas,
el vuelo de las mariposas,
y el olor del pensamiento.

Llevo amarrado a mi vientre, todo lo que me trajo el viento.
Y con el viento viniste tú, por que eras tú, lo que yo añoraba.

Con golpes suaves,
en una noche atormentada,
encendiste mi alma.

Un espacio... ¿Te apagarás tú?
No hay respuesta…
El silencio no habla...


Entonces… Te vi llorando...
Estabas maltratado… Quejumbroso… Estructurado...
De pronto… Te vestiste de blanco…
Dijiste adiós al espacio… A lo eterno… A lo inviolable.
Tomaste forma de viento… Y rozaste mis labios…

Un silencio… Tiemblan mis manos...
Si vienes de lo eterno… De la nada… Y me hablas…
Cuando te vayas, el silencio hablará por ti,
ave nocturna, tal vez pasajera, tal vez nada...

¡Avísame!
Estaré en vela…
Para estar despejada, cuando pases.

Quiero sentir que llegas, con tu ala rota…
Y un graznido de pena...
Pero... No quiero que pienses,
que yo represento las cadenas de tu cárcel...
Aunque tú caminar rápido, sea como una condena...
Curaré tu ala herida…
Y te enviaré al seno de la esperanza.

Has de ver, que si no pensara así,
el espacio se me haría corto,
el contacto inmundo, y el aire irrespirable.

Amor mío...
¿Qué haces despierto en la cama?
Ya es de día...
Comienza a despuntar el Alba...
La luz se enciende y se apaga...
Su tenue resplandor, alumbra a mis espaldas.

El aire se espesa, mi cabeza estalla...
Entre mis manos escondo mi alma…
Para poder despertar...Despertar en un mañana...


Autora: Julia Francisco.

Barcelona, 12 de Mayo de 1982

sábado, 6 de enero de 2018

ALMA DESNUDA

Vi como mi mente navegaba,
por parajes insólitos,
en pos de la hilera de humo que desprendía,
un cigarrillo encendido.

Aquellos borbotones que ascendían a lo infinito,
deshaciéndose en la nada,
bajo un cielo tenebroso y deshilachado.

Mi mente regresó a mis manos,
que en ese instante,
no contenían nada.
De pronto… en la palma se dibujó,
un pequeño lago cristalino,
de orillas pegajosas,
apuntando,
hacia un futuro,
plasmado en las tinieblas.

Un ser que a veces aterriza,
con alas negras,
jugando a desdibujar figuras.

En esa triste hora,
el tiempo se para…
Un aliento ácido me ahoga,
me quema la garganta.

Entonces,
las sombras se visten de raso,
para agasajar el alma desnuda...


Autora: Julia Francisco.

Barcelona, 14 octubre de 1980

lunes, 11 de diciembre de 2017

IMAGEN QUERIDA (a mi alma gemela)

Hace tiempo… ¡tanto tiempo!
desde entonces hasta ahora,
fui dibujando en mi mente,
rasgo a rasgo tu figura...
Nunca la vi clara, siempre confusa.

Sin embargo,
ahora veo,
mi alma reflejada en la tuya.
Es gemela,
pero todavía no es segura.
Mi impresión es de ti:
transparencia de agua cristalina y pura.

¿Cómo transcender lo que siento?
si de mis labios,
apenas pueden brotar palabras,
palabras que encierren en sí,
la grandeza de este sentimiento.

Evoco la textura de tus labios.
Navego en la profundidad de tus ojos.
Me siento en unión con tu espíritu.
Veo a grandes rasgos,
 tu inmensidad,
 de acumular sabiduría.

Tienes la capacidad,
de comprender, cada ser,
cada criatura, cada vida...
De transmitir todo lo que edifica.
La capacidad de dar,
y a la vez sentir vacío.
Volver a luchar... y otra vez,
el hueco volver a llenar de amor...

Ahuyentas las sombras con tu luz...
¿Y quieres saber qué se siente?
No eres consciente de lo que eres...
Quieres llenarte... y sentir qué quitas.
Sumergirte en lo profundo.
Buscar en la raíz de las cosas.

Un para qué, para cada instante,
si no lo hallas...tú lo buscas,
aunque no sea exacto,
¡no importa!
En ello se te va la vida,
la satisfacción de tu propio espíritu.

Así estás logrando,
día a día, tu propio mundo.
Un mundo profundo,
lleno de amor y de vida.

Quisieras decir: estoy aquí,
y desear protegerte...
Necesidad de atraer las miradas,
y de seguir en el secreto.
Vacilar en el aire.
Sentir profundo desconcierto.

Por la trayectoria de mis palabras,
¿Puedes deducir lo que encierran en sí?
Puedo decir que lo intenté...
Que lo intento día a día,
poder transmitir, un pedazo de mí,
penetrarlo en un trozo de papel,
 y darle vida.

 

 

Autora: Julia Francisco

Barcelona, 03 de mayo de 1977



martes, 5 de diciembre de 2017

TEZ MORENA

Tez morena… cubierta de polvo,
ennegrecida por la mugre que recoge día a día,
llena de sudores y de fatiga…
Tu piel está marcada, arrugada, envejecida…
Cada surco de tu cara, parece contar una historia…
Una historia larga y triste, que nadie puede saber.

Me envuelve tu manto… respiro de tu aire,
pero no dejo que me envuelva tu mugre…
Me hace sentirme triste…
Yo me rebelo contra esa tristeza...

Miro tus paredes semidesnudas…
Pintadas con colores pálidos, añejos…
Todo carcomido por el tiempo…
También por tu casa pasan los años,
dejando huellas inscritas, igual que en tu rostro…

Me acerco a mi ventana… Inspiro profundamente,
para saciarme de aire, más puro… más limpio…
Se atenúa el palpitar de mi corazón…
Cada poro de mi piel, pide más vida… más vida…

Todo el mundo atareado…
Nada parece importarles… Están acostumbrados…
Sin embargo, yo me siento confusa, perdida…
fuera de lugar, sin poder admitir, que esta es mi vida…
Mañana, casi estaré acostumbrada…
Al día siguiente, me sentiré como pez en el agua…
pero ahora… me siento tan desolada…
y a la vez…  tan avergonzada…
por sentirme tan extraña en este lugar…
donde cada hormiga, cultiva con gran afán…
y sin más orgullo, que llenar su pequeño, pero gran agujero...


Autora: Julia Francisco

15/08/77